En muchas ocasiones, no nos conocemos al 100% y nos comportamos como personas inseguras, nos tratamos con cierto desprecio y hasta nos insultamos, lo que hace que nos molestemos y actuemos sin darnos cuenta en contra de nosotros mismos e incluso llegamos a tomar decisiones sin pensar siempre en nuestro bienestar, sino más bien en cosas que nos hacen daño.

Tú eres el más grande enemigo de ti mismo; nuestros principales cuestionamientos son internos, no externos. Tal vez cada mañana al despertar te cuesta salir de la cama, allí comienza la primera pelea contigo y tu cuerpo, es tiempo de dejar a tu alma que le diga a tu cuerpo quién manda realmente.

Cuando pensamos sobre nuestros grandes desafíos, enemigos o adversarios a menudo nos enfocamos en cosas externas: nuestro jefe, una circunstancia difícil, nuestros competidores, etc. Y la verdad es que esos no son nuestros verdaderos adversarios, los verdaderos son esas circunstancias que nos hacen sentir ansiedad, estrés, envidia, sufrimiento, dolor, etc. Son nuestros sentimientos, el cómo nos hace sentir lo que generan esas circunstancias.

Si tienes miedo, por ejemplo, de que las personas no te aprueben y reconozcan, te conviertes en tu mayor enemigo pues te limitas de seguir adelante con tus metas y objetivos; te victimizas haciéndolos responsables de haber creado ciertas ideas sobre ti, siendo tú quien creas en tu mente las ideas y aceptas complacer a otros y caes en la trampa de ti mismo, ¿lo ves?

Nuestros pensamientos son producto de lo que deseamos, así que para el ejercicio de introspección necesario para entender por qué somos nuestros mayores enemigos, habría que partir de comprender, cuáles son nuestros deseos y cómo estos moldean nuestro pensamiento. Si los deseos son positivos, nuestros pensamientos serán positivos, si aparecen pensamientos negativos, debemos revisar qué cosas negativas estamos diciéndole a la mente y buscar las opciones para transformar esos pensamientos a positivo, entonces los pensamientos negativos desaparecen y, como consecuencia de esto, el miedo también podría reducirse. Esta actividad es un trabajo interno continuo, a realizar en la estructura profunda de nuestro ser, allí están nuestras heridas emocionales y aquellas creencias anidadas tal vez producto de nuestras heridas, por tanto, es importante dar el primer paso en reconocer ¿qué sentimos?, y luego saber, qué es lo que realmente genera la creencia que nos limita, para ir paso a paso trabajando en el proceso de sanación y transformación de ti mismo.

Tú tienes la capacidad de elegir y de buscar ayuda al darte cuenta de lo que sucede dentro de ti, ¡tienes la fuerza para hacerlo! Debes tener claro que no eres una víctima; eres responsable de tu vida. Atrévete a enfrentar tus propios desafíos internos, la vida no los hará más fácil, pero tú obtendrás más fortalezas.

Si estás dispuesto, ¡Comencemos ahora!

Si quieres más información del tema, haz click aquí para acompañarte en lo que necesites.

Carmen Julia

Sitio protegido por Google reCAPTCHA. Ver políticas de privacidad y términos de servicio.